Sector agrícola en crisis

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Ecuador al igual que varios de los países de América Latina han sido agrícola por tradición, pero a partir de los años 60, la situación cambió, los gobernantes de turno prefirieron dirigir la mirada hacia otros sectores de la economía como la exploración y explotación petrolera y minera y con ello, empieza el abandono del sector agropecuario y el decrecimiento. Para finales de los sesenta el aporte a la riqueza nacional bordeaba el 30%, pero para 1980 este cayó al 15%, la situación se vuelve más crítica ya que para el 2000, esta cae abruptamente y se ubica en el 9,32%, experimentando una caía del 20,68 en los últimos cuarenta años.

Los datos son reveladores y desnudan el abandono del que ha sido objeto la población agrícola en particular la campesina que vive de este sector productivo tan importante de la economía y que en el pasado fue el principal sustento de la riqueza nacional, hoy se lo observa tan reducido, es casi inexistente en pequeña escala, los precios altos de los insumos agrícolas y los precios bajos de los productos que la generosa tierra provee y que se vende en el mercado no cubren ni siquiera los costos de producción.

Si bien, se observa que ha existido una inversión por parte del Estado en la agricultura, esta se la ha direccionado a la satisfacción de la gran producción agrícola para la agro exportación, pero al mismo tiempo se evidencia que no se han diseñado políticas públicas efectivas para valorar la producción campesina, la producción en pequeña escala, se la ha abandonado a su suerte, no se ha considerado que esta producción es la que abastece la demanda interna de productos en el mercado nacional.

Desde esta perspectiva se establece que la inversión estatal para la agricultura debe ser efectiva y no como se lo ha hecho hasta ahora, en donde por ejemplo se habla de un seguro agrícola para proteger a los productores del campo, pero que en los hecho éste no existe, lo que sí existe es un seguro para proteger a los comercializadores de agroquímicos, en donde se aplica un seguro para los KITs que estos proveen y no para el proceso de pre cosecha, cosecha y pos cosecha, lo que implica que en el mejor de los casos el subsidio frente a un siniestro apenas cubriría el 60% del consto del KIT agrícola.

Por tanto, si la intención es proteger a la producción agrícola campesina, lo que se debería hacer es desarrollar un seguro, con el patrocinio del Estado, que cubra todo el proceso productivo, desde el desbroce, preparación del terreno hasta la cosecha y pos cosecha, lo que implicaría que, aunque haya un desastre, sea este por sequía, inundaciones, plagas y enfermedades incontrolables y otras, el productor no pierda su dinero y con la devolución se prepara para el próximo periodo productivo con entusiasmo.

Es necesario que el Ecuador y en América Latina se desarrolle una política de Estado de seguro agrícola, en donde sea el gobierno el que cree un fondo destinado a este fin, que funciones de manera similar al seguro privado, en donde por ejemplo si se tiene asegurado el automóvil, la casa, el negocio y si existiera un siniestro el seguro lo cubre, este seguro debe ser de manera gratuita, es decir que a través del fondo de seguro agrícola los gobiernos subsidien las primas del seguro agrario, con lo cual mejoraría considerablemente las condiciones de vida de los agricultores y el aseguramiento de la seguridad alimentaria.

Además, para asegurar la reactivación de la producción agrícola se debe desarrollar una campaña de regreso al campo, pero esto solo es posible si se desarrollan políticas estatales en donde se invierta en investigación, en asesoramiento y en el manejo agrícola antes, durante y después del proceso productivo, un proceso acelerado de industrialización del campo que implique que los hijos de los campesinos vayan a estudiar a las ciudades y regresen a trabajar al campo, al igual que los hijos de los citadinos sea una opción la de trabajar en las industrias campesinas agrícolas, en donde se le de valor agregado a la producción.

El Estado a través de todas sus instancias de gobierno debe alentar la producción agrícola que implique inversión en infraestructura, disponibilidad de agua, para el consumo humano y para regadío, que permita la cosecha de invierno y verano, construcción de vías de acceso y de comunicación para sacar los productos al mercado, desarrollo de tecnología, con lo cual se garantice que cada vez menos personas emigren a las ciudades en busca de oportunidades laborales y por el contrario las industrias campesinas sean las creadoras de fuentes de empleo directo e indirecto.

Al mismo tiempo, desde los productores agrícolas se sostiene que los gobiernos del continente deben desarrollar una política agraria que involucre a todos los productores y no sea como siempre se ha hecho, favorecer a los grandes productores y exportadores, mientras que los pequeños son olvidados a su suerte. Es el caso actual, el sector agrícola producto de la llamada “crisis de los contenedores” enfrenta un elevado costo de los insumos agrícolas, una baja de precios de sus productos, lo cual arrincona a los agricultores y los obliga a salir del mercado y abandonar su actividad milenaria, lo que, si no se toman acciones en el futuro inmediato, esto traerá consecuencias graves como migración, conflictos sociales y hambruna sistemática.


Prof. Félix S. Pilay Toala

Doctor. Economista. Magister en Administración Pública.

Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo

fpilay487@pucesd.edu.ec

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