​El futuro económico de Chile y las señales de Boric

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Victor Salas

El dólar observado abrió con una fuerte alza este lunes 20 de diciembre, llegando a 875,37 pesos por dólar mostrando la alta incertidumbre que significa para los mercados el formidable triunfo de Boric en la elección presidencial de este domingo 19 de diciembre de 2021, pero cerró en 846,64 pesos por dólar. Valor aún alto, que introduce presión en los precios de los bienes que importamos (50% de la carne de bovino y del trigo para el pan que consumimos, por ejemplo). Presiones que han estado presente todo el año y con más fuerza desde mayo pasado en que el peso se depreció fuertemente, pasando, entre el 12 de ese mes y el 30 de septiembre desde 700,13 pesos por dólar a 803,59 y siguió subiendo después (meses de octubre, noviembre y este mes), alcanzado valores alrededor de 830 pesos por dólar, consolidando las presiones inflacionarias.

Sobre lo que viene para la economía chilena se conocen estimaciones que indican que el PIB crecerá muy poco en 2022 y en 2023, a tasas alrededor de 2% anual, las mismas que teníamos, en promedio anual, entre 2014 y 2019.

La inflación estará alta (7%) durante el primer semestre de 2022, lo que se puede profundizar en los meses siguientes, por el probable aumento de los precios internacionales debido a las dificultades, no resueltas del todo, en la logística del transporte de bienes a nivel mundial y por la reducción de producciones asociadas con la reinstalación de cuarentenas, por la expansión de la versión ómicron del Covid)

El desempleo en Chile no bajará de 8-9%, según los efectos de las alzas de la tasa de política monetaria, TPM, que, en la búsqueda de controlar los precios, puede terminar generando una contracción económica.

La eliminación del IFE universal de este año y la no aprobación del cuarto retiro de fondos previsionales reducirá fuertemente la demanda interna, principalmente el Consumo privado.

La inversión también caerá fuertemente el próximo año, ello asociado con las perspectivas que se generen por el nuevo gobierno y las expectativas de bajo crecimiento en los próximos dos años.

Boric, el nuevo presidente, elegido con amplio respaldo para gobernar Chile desde marzo próximo, tiene que dar las señales económicas y políticas adecuadas para resolver los problemas económicos del país. En realidad, son señales básicas, pero algunas de ellas son difíciles de realizar políticamente hablando, porque significarían concretar su “cambio de enfoque” -más centrista- de la segunda vuelta. Son medidas específicas respecto de, por ejemplo, la composición de su gabinete, donde estarán solo miembros del FA y el PC o será un gabinete ampliado. Específicamente, interesa a los mercados quienes manejarán la hacienda pública y la jefatura del gabinete.

En estos dos meses interesará conocer señales sobre la definición de cuáles serán sus primeras acciones: si aumentará o no el gasto fiscal o intentará reducir el endeudamiento fiscal, comprometiéndose con la responsabilidad fiscal, para controlar la inflación; o cómo estimulará el empleo y la protección e impulso productivo a las micro y pequeñas empresas, necesarias tanto en la reactivación económica como en un proceso redistributivo; o si propondrá de inmediato el impuesto a los más ricos, entrando en un largo camino parlamentario o en la búsqueda de acuerdos políticos amplios; o si propondrá un nuevo sistema de pensiones, que sabemos será de larga discusión parlamentaria; o si hará una pronta condonación del CAE, independientemente de la instalación de un nuevo sistema de créditos a los estudiantes de educación superior; o si reinstalará o no el IFE universal y, en caso negativo, cuáles soluciones entregará para sostener los ingresos de las familias vulnerables; o si se preocupará por incentivar la inversión privada para lograr una rápida recuperación económica del país. Señales que facilitarán o dificultarán el crecimiento y el desarrollo del país.

En realidad, la situación es compleja y seguramente, tendrá dificultades para realizar su segundo y más aún su primer programa, con reformas y acciones que significan altos recursos económicos y una actividad productiva declinante. 


Víctor Salas Opazo

Departamento de Economía

Universidad de Santiago de Chile

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