Paz y Violencia

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Javier Fuenzalida


Hay dos fechas que deben tenerse siempre presente. El 18 de octubre del 2019 y el 25 del mismo mes. La primera, marcada por el mayor acto de violencia registrada en el país en plaza Italia, junto con destrucciones e incendios de estaciones del metro, de monumentos, saqueo e incendio de locales comerciales, robos y ataque a los transeúntes desprevenidos, todo lo cual obligó a carabineros reprimir a los manifestantes incivilizados para restablecer el orden. Obviamente hubo accidentados por ambas partes. Los defensores de los DDHH denunciaron solo a los violentos que resultaron lesionados, pero mantuvieron silencio respecto de los carabineros que fueron atacados, como si fueran robots que no tienen DDHH.

Una semana después, el 25 hubo otra marcha totalmente diferente. 1,2 millones de personas en Santiago, la mayor que registra nuestra historia, cuyo propósito fue el mismo del 18, protestar contra las autoridades, los políticos y los partidos políticos, por la inoperancia y fracaso en luchar contra la delincuencia, drogas, y la mediocre atención de salud, vivienda y previsión.

La del 25 fue totalmente diferente. Pacífica, sin incidentes y desde luego con una concurrencia muy superior a la del día 18. Sin embargo, los medios de comunicaciones, guardándose en el bolsillo la ética periodística, fueron y aun son extraordinariamente sesgados en informar. Gran despliegue de transmisiones, amplios reportajes sobre la primera, pero omisos sobre la segunda, violando uno de los principales principios e importantes del periodismo, la objetividad. En estos últimos dos años siguen conmemorando y recordado la primera y un silencio absoluta sobre la segunda. El 25 de octubre pasado no hubo ninguna mención sobre esa marcha, pero sí a la violenta del 18. ¿No es acaso una conducta violencia periodística?

La política ha hecho otro tanto y optó por proponer que se dicte una nueva constitución, como si la actual fuera la causante de la violencia del 18 de octubre. Mas grave aún, han reconocido que una nueva constitución no significa que cambiará la conducta de la población, sin reconocer que son ellos los verdaderos responsables por la falta de moralidad en sus actos y que ha conducido a su desprestigio, deteniendo del progreso del país. Falta de voluntad política.

La izquierda ha apoyado la primera marcha, argumentando que la desobediencia civil acompañada de violencia es una forma aceptable de manifestar el descontento. No solo eso, proponen además indultar y amnistiar, según sea el caso, a los detenidos y procesados del 18. Es decir, si los procesados se les considera inocentes, quiere decir que aceptan la violencia como herramienta de protesta.

En tres días más se llevará a efecto la segunda vuelta para elegir el próximo presidente de la república.

En los programas de televisión ha llamado la atención la actitud y conducta de Boric, interrumpiendo cuando se le ocurra fuera de su turno, insolente, expresión facial de ira, gritón, gestos de desagrado, etc. Su programa es tolerante con la violencia del 18 de octubre.

Kast por su parte, representa fielmente los marchantes del 25 de octubre. Pacífico, tolerante y condena con fuerza lo ocurrido el 18 de octubre.

De ahí que, la condena general de la violencia del 18 se ha reflejado fielmente en el resultado de la primera vuelta, dando el triunfo a Kast.

Veremos cómo será el resultado este domingo.


Javier Fuenzalida A.

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