​La Importancia De Una Buena Elección

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Juan David Quijano


Hace algún tiempo hablamos de la importancia de elegir correctamente y también de cómo diferenciar lo verdadero de lo falso, dos temas que parecen adquirir mayor importancia, ya que el próximo Domingo 21 de noviembre se realizarán en nuestro país las elecciones presidenciales, además de las de senadores, diputados y consejeros regionales, elecciones que para muchos serán las más importantes desde el retorno a la democracia.

Por eso, es importante no olvidar que las decisiones traen consecuencias, buenas o malas, y que poseen un efecto multiplicador, ya que pueden afectar a millones de personas.

Tampoco debemos olvidar que sólo somos dueños de elegir una alternativa sobre varias más, pero la mayoría de las veces no somos dueños de escoger los efectos o las consecuencias de esa decisión; por ejemplo: si erróneamente decido lanzarme de un edificio, antes de hacerlo soy dueño de esa decisión, pero una vez que he saltado ya no podré decidir el efecto que esto tendrá, que sin duda sería estrellarme contra el suelo y posiblemente morir.

La Biblia está llena de ejemplos de malas elecciones por parte del pueblo de Dios, elecciones que trajeron dolor y división y apartaron muchas veces la presencia de Dios sobre su pueblo.

Por ejemplo, en el principio de nuestra historia, la desobediencia de Adán y Eva en el huerto de Edén al comer del fruto prohibido, desobedeciendo la voz de Dios y trayendo consecuencias para toda la humanidad, como fue la muerte.

En el capítulo 12 del libro de 1ª de Reyes se relata la historia de Roboam, hijo del Rey Salomón quien al morir su padre no escuchó el consejo de los ancianos, sino el de los jóvenes que se habían criado con él, y dijo a su pueblo que el menor sus dedos era más grueso que los lomos de su padre y que él pondría un yugo más pesado sobre ellos, que lo que había hecho su padre. Al oír el pueblo esas palabras, se fueron cada uno a sus hogares y el país se dividió en Judá y las demás tribus de Israel.

Luego los Libros de Reyes y Crónicas están llenos de ejemplos de malas decisiones, de reyes que se apartaron de Dios y llenaron de dolores y miserias materiales y morales a su pueblo.

Pero quizás el peor ejemplo de una mala e injusta decisión en la historia humana, fue cuando el pueblo pidió la crucifixión de Jesús, del único hombre que jamás pecó y que ofrendó su vida por cada uno de nosotros, otorgándonos la salvación de nuestras almas.

Creo que esto demuestra la importancia de elegir correctamente y de no tomar estas elecciones a la ligera y en especial para aquellos que creemos en Dios, doblar nuestras rodillas delante del Señor, para que sea Él quien nos dirija, para escoger correctamente, y en forma muy es especial a los jóvenes, a fin de que el próximo presidente de nuestra nación sea una persona íntegra, que respete la voz de Dios y someta sus decisiones a su voluntad, para guiar a Chile en justicia, en verdad y en reconciliación, que no niegue su existencia y que al igual que Moisés en el desierto, pueda decirle a Dios: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí”.


Juan David Quijano

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