​¿Cuándo le diremos adiós al anacrónico sistema notarial chileno?

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Ante la eventual comisión de distintos delitos, el Servel denunció al Ministerio Público irregularidades en más de 23 mil firmas en apoyo a la postulación de Diego Ancalao (Lista del Pueblo), rechazando su candidatura presidencial.

Existen 23.135 patrocinios que aparecen firmados físicamente ante el señor Patricio Zaldívar, con su firma, nombre y timbre. El problema surge porque renunció al cargo con fecha 6 de abril de 2018, falleció en febrero pasado y los patrocinios fueron firmados ante él, prácticamente en su totalidad, en una fecha posterior a su deceso, concentrándose su mayoría en el mes de agosto, donde habrían concurrido a patrocinar esta candidatura 11.073 personas entre los días 1 y 23 de agosto. De hecho, el día 20 de agosto de 2021 firmaron 9.265 personas.

Aparte del escándalo político, gravísimo e impactante, quiero hacer una crítica al sistema notarial chileno, cuya percepción pública es desastrosa. Es imposible que un notario autorice 9 mil firmas en un solo día, pero todos sabemos que se hace lo mismo en varias Notarías de Santiago, al autorizar miles de escrituras de compraventa con mutuo hipotecarios y otros instrumentos de varios e importantes bancos comerciales, siendo igualmente grave. Son miles de escrituras que los notarios no leen ni las partes firman ante él, con excepciones contadas. El trabajo lo realizan cientos de funcionarios en oficinas pequeñas y de manera estresada.

Un ministro de nuestra Corte Suprema admitió en la prensa lo siguiente: “Todos estamos emparentados. De hecho, muchos notarios tienen hijos o hijas de ministros trabajando en esos lugares. No nos vamos a ver la suerte entre gitanos, eso siempre ha sido así. Pero también hay hijos de políticos. Así que ahí está la respuesta de por qué el sistema no se va a reformar nunca”.

Es por eso que seguimos esperando que el Congreso apruebe la eterna modificación del sistema registral y notarial según da cuenta el Boletín 12092-07. También duerme en el mismo Congreso el Proyecto de Ley Boletín 8466-07 que modifica la firma electrónica avanzada.

De aprobarse esta ley, se permitirá que, en todos aquellos casos en que el ordenamiento jurídico requiera que las firmas de los otorgantes de un determinado acto jurídico deban ser autorizadas ante notario, sea como solemnidad del acto o como requisito para hacerlo oponible ante terceros o para cualquier otro efecto legal, se entienda cumplido, por el sólo hecho que el acto conste en un documento electrónico suscrito por el otorgante o las partes, según corresponda, con firma electrónica avanzada y sellado de tiempo. Además, la letra de cambio y pagaré podrá ser extendido en documento electrónico y suscritos con firma electrónica avanzada y sellado de tiempo, y, tendrán mérito ejecutivo en tal circunstancia.

Mientras los escándalos se suceden y el mundo avanza, surge la pregunta: ¿Cuándo le diremos adiós al anacrónico sistema notarial chileno?


René Luis Núñez Ávila

Profesor de Derecho Procesal

Universidad de Chile

europapress