​Konrad Adenauer: un gigante del siglo XX

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Christian Lomakin

Alemania es un país especial para Chile. Su impronta esta en muchos lados. En el ejército, la educación, en las ciudades del Sur de chile, etc. Ubicado en el eje de Europa Central, ha sido protagonista de innumerables conflictos, pero también se trata de un país ultra avanzado en industria, ingeniería, química, maquinaria, equipos. Fundador de la variante protestante del cristianismo, Alemania es también una cultura con una historia significativa. Económicamente, su  Producto interno bruto de 3,8  trillones de dólares lo sitúa en el cuarto lugar del mundo, detrás de EE.UU., China y Japón. Ha sido el principal exportador del mundo con cerca de 1 trillón de dólares. Hoy es el segundo, detrás de China, pero lo logra con uno de los sueldos de mano de obra más fuertes, del mundo occidental.

La historia alemana también tiene  sombras. La más notoria es la tiranía nazi, y sus campos de concentración, que desató un conflicto que costó  al mundo cerca de 60 millones de muertos y miles de millones en destrucción de patrimonio.
Pero, a fines de la Segunda Guerra Mundial surgió un político alemán de excepción, que para entonces, ya tenía 69 años: Konrad Adenauer. Su nombre aún resuena por la fundación que lleva su nombre y por ser el fundador del partido demócrata cristiano de Alemania. El mismo que hoy gobierna, con Ángela Merkel.

Antes de la Guerra fue por 16 años alcalde de Colonia, la ciudad que se ubica en la orilla poniente del Rhin. Enemigo acérrimo de la corrupción, fue un opositor al populismo y la tiranía hitleriana, cosa que le costó la libertad, y bien le pudo costar la vida.

Pero, después de la guerra, tendría su oportunidad de pasar a la historia. Sus antecedentes intachables ayudaron a que las potencias ganadoras le permitieran optar el cargo de Canciller de la nueva República Federal de Alemania, cargo que mantuvo en los próximos 14 años.

Cuando asumió Adenauer, las  ciudades alemanas estaban en ruinas. Cuando  se fue, el  país estaba reconstruido y su economía  ya se empinaba por sobre las de sus ex adversarios  para ser la mayor potencia económica de Europa. Esencial para ello fue la conducción sabia del político, y la de su monumental Ministro de Hacienda, Ludwig Erhardt, pero también la introducción de nuevas instituciones, en particular la constitución de 1949, que prohibían explícitamente los movimientos políticos radicales, que habían afectado a Alemania en el periodo de preguerra. En 1956, la visión política de Adenauer y el presidente francés Charles de Gaulle, permitió la fundación de lo que sería después, la Unión Europea.
La dupla Adenauer Erhardt  constituyen una de las duplas de política económica más interesantes del siglo veinte en el mundo occidental. Tomaron un país en ruinas, y lo dejaron encaminado al éxito. Gran parte del éxito estuvo en que aplicaron sensatez y y con clara identificación de sus fortalezas y debilidades. El dialogo social y la reconstrucción de la industria de la mano de una mano de obra integrada y protegida, fue una de sus claves.
 Sus ideales de libertad política, valórica  y cultural, unido a un concepto claro del  centro político, aún plasman la economía social de mercado alemana. Sería muy bueno que ideas como éstas, de cordura y sensatez económicas inspiraran también la conducción futura del Estado de Chile, y el proyecto de Nueva Constitución. Esto si Chile quiere conservar su estatus de país en desarrollo, y que mantenga el crecimiento económico que le dio estatus de país fuerte en los últimos 40 años.


Christian Lomakin. 

Economista y Consultor.

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