​Todos queremos ser Simone

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Jorge Fuentes

Hace unas semanas la decisión de Simone Biles causó un revuelo mundial. En pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos, y después de años de preparación la gimnasta, decidió dar un paso al costado de la competencia. ¿El motivo? “La salud mental está primero”.

La valentía de la estadounidense fue destaca y comprendida por gran parte de la población que se sintió representada con la imagen de una persona que, con la fuerte presión de su trabajo, de su entorno y una historia personal marcada por fuertes episodios, tuvo que someterse a un dura elección.

Pero ¿por qué fue tan admirable su decisión? Si volvemos al pasado podríamos recordar que en 1996, y sólo cinco semanas antes de los Juegos Olímpicos, Dominique Moceanu se derrumbó en el gimnasio. Sin embargo, no fue hasta el término de la competición que supo que presentaba una fractura por estrés en la tibia derecha. La joven de ese entonces 14 años no había podido decir no, una palabra y dos letras que pronunciarla parece más difícil de lo que se piensa y que, en muchos casos, es símbolo de amor propio.

Saber decir que no y establecer límites es un herramienta clave para desarrollar relaciones sanas y lograr alcanzar el bienestar emocional. No obstante, la baja autoestima, el miedo al rechazo, el temor a perder oportunidades, el no querer lidiar con un sentimiento de culpa o, simplemente, producto de la presión social solemos evitar manifestarnos con una negativa y terminamos haciendo cosas que realmente no queremos.

Entonces ¿cuál es una de las principales causas de que no expresemos lo que sentimos? Desafortunadamente nuestra sociedad ha sido basada en el éxito y el rendimiento a cualquier costo sin considerar las repercusiones físicas y psicoemocionales de seres humanos desconectados de sus emociones y de su cuerpo.

Mirarnos introspectivamente nos ayudará a conocer cuáles son nuestros límite y las repercusiones que tendremos al cruzarlos, permitiéndonos tomar medidas para comenzar a decir y a decirnos "No". Así, la planificación o preparación previa frente a los eventos de sobre exigencia, la delegación de actividades a terceras personas como un acto de apoyo conjunto al bienestar familiar y laboral, son herramientas básicas para lidiar con el escaso tiempo que puede faltar en el futuro y ser fuente de stress y ansiedad.

Lo de Biles es una hazaña que a todos nos gustaría replicar. Todos en algún momento hemos querido ser Simone, pero para ello debemos entender que no necesitamos llegar al límite para manifestar nuestro parecer y, si bien, el dicho “más vale tarde que nunca” está permitido, siempre es mejor tomar en cuenta aquellas señales previas que nuestra mente nos va dando. Decir no es un acto legítimo que expresa nuestra autonomía e independencia, nuestra capacidad para tomar decisiones, para reafirmarnos y develar nuestras propias convicciones, que nos permite ponernos de prioridad y cuidarnos antes situaciones que no pueden poner incomodo, que pueden afectar nuestro cuerpo como le ocurrió a Moceanu y , por sobre todo, cuidar nuestra salud mental. 


Jorge Fuentes, 

Psicólogo y Director de Pranavida 

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