​El difícil camino de Sichel y la centro derecha

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Rodrigo Barcia


Ciertamente las primarias fueron sorprendentes, pero dado que se trato de un “voto experto”, es decir, de votantes más comprometidos, la elección fue más objetiva o racional. Lo sorprendente, en todo caso, es que la votación de la extrema izquierda, -porque ni el FA, ni el PC, son partidos de centro-, fue altísima. La votación a favor de Chile Digno fue muy superior a la centro derecha. El Pacto Chile Vamos sacó 1.317.403 votos y Apruebo Dignidad 1.709.121 votos. Las votaciones de la derecha vienen bajando desde el plebiscito, lo cual es un gran desafío a enfrentar para el sector.

Las encuestas, una vez más, no fueron capaces de anticipar los resultados de las primarias, pero estas elecciones representaron los debates (cosa que raramente ocurre). En los debates de la extrema izquierda, Boric demostró ser un gran candidato, y Jadue resultó ser temperamental, autoritario y no tener ninguna empatía. En la derecha, en cambio, el debate fue parejo, y los grandes perdedores fueron Lavín, Desbordes y Briones (por diferentes razones). Lavín lo fue porque, a pesar de hacer una campaña muy condescendiente, olvidó que esta elección era una elección más experta. Desbordes porque genera un gran rechazo en la derecha, dado su falta de apoyo a las ideas del sector. Tal vez, el resultado más ingrato fue el de Briones, que presentó sin duda uno de los programas más serios. Sichel fue un justo ganador, y es un buen candidato, pero el conglomerado no vio reflejado sus buenos candidatos en una votación mayoritaria. Pero, sin lugar a dudas, es una votación importante, que puede comenzar a subir. Ello dependerá una vez más que los intelectuales, y políticos de siempre no se tiren en picada contra Sichel.

La extrema izquierda, sin lugar dudas, tiene un gran candidato en Boric. Pero es sorprendente que las primarias no hayan evidenciado las grandes falencias y horrores de los programas del sector. Si los debates y las primarias otorgan información sobre los candidatos, acá una vez más los periodistas no han sido capaces, por deficiencias en su formación o falta de interés, de transmitir lo que realmente significarán los cambios estructurales que propone la extrema izquierda. Baste pensar en el populismo de los retiros de los fondos de las AFP, propuesto por Jadue, o en lo que significaría que en las grandes empresas el 50% del directorio sea designado por los trabajadores propuesto por Boric. ¿Se imagina el descalabro económico que sólo esas dos medias disparatadas generarían? (eso es sólo una muestra, los programas están repletos de joyitas como esas). Nada de ello se discute, es cómo si se tratará de un concurso de belleza en que se analiza: qué candidato es más empático, qué cosas hizo o no hizo en el pasado y qué opina tienen respecto de algunos temas de actualidad o de interés. Esta es una tendencia preocupante del periodismo, y que es necesario modificar (¿se acuerdan que la mayoría de la población ignoraba el programa de Bachelet dos?).

La centro izquierda una vez más ha demostrado su indefinición, dada la penosa actuación del PS, que al ser rechazado por el FA, generó un natural alejamiento de la DC. Provoste pareciera ser la candidata del sector, pero debe competir con Narváez y ya hemos visto que las primarias han dado sorpresas. Uno esperaría que el futuro presidente sea de centro derecha o izquierda, pero ello se ve difícil si se analiza la “tendencia electoral”. Por eso es precisamente que Sichel es un buen candidato porque se necesita una propuesta clara de centro derecha. El voto experto ha desechado las propuestas más acomplejadas, como las del Lavín o Desbordes, y ha preferido una visión que realmente represente al sector (¿no es obvio que la política se trata de esto?). Para Sichel será esencial focalizarse en los problemas de la izquierda (la miseria que su modelo traerá), el crecimiento económico, la delincuencia y la igualdad de oportunidades. Pero, sobre todo, es preciso seguir un camino propio, que nos aleje del populismo latinoamericano, que lamentablemente se ha visto fuertemente representada en el proceso constitucional.


Rodrigo Barcia Lehmann

Dr. en Derecho y Magister en economía y dirección de empresas.

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