O trabajan o renuncien

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Javier Fuenzalida

$ 2,5 millones es la dieta que percibe cada asambleísta, en total $ 100 millones en la primera semana, sin contar con los gastos para funcionar que nadie sabe: pasajes, hoteles, comidas, gastos de operaciones en el congreso y en el palacio Pereira.


Nadie ha informado cuánto cuesta este “apoyo logístico”. El Ministerio Secretaría General de la Presidencia asilará financieramente a la Asamblea, con un presupuesto de $ 6.718.000.000 para este año. El 55 % ($ 3.753.328 mil) será para la dieta a los constituyentes, hagan lo que hagan, más el costo del personal de apoyo técnico y administrativo y los gastos en instalaciones.


A pesar de este generoso los asambleístas aún viven en un limbo burocrático. Si se atrasan, con seguridad una nueva ley les prolongará el plazo y habrá que poner más dinero. La Constituyente todavía no cuenta con una estructura como es su organización, reglamento, definir como se vota, horarios, y lo principal, el temario tentativo sobre los diferentes capítulos de la nueva constitución. Chile Vamos propone destinar 30 días. Algunos sugieren una propuesta de reglamento interno y sesionar tres veces por semana. Mientras tanto, se debate discute lo que se les da la gana y la hoja sigue en blanco. El expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, lo definió muy bien. Teme que sea una bolsa de gatos.


¿Qué hacen?


Tratar asuntos que no son de su incumbencia y para lo que no fueron elegidos como proponer mociones de a favor de presos políticos inexistentes, declarar inocente a quienes cometieron delitos contra las personas y la propiedad y amnistiar condenados. El asambleísta Baradit se fue de boca justificando la violencia. Se aprueba un protocolo sobre el COVID, se habla de todo menos sobre el tema para el cual les pagan. Técnicamente se comete un fraude fiscal al utilizar indebidamente los dineros público. Un delito. ¿Habrá alguna denuncia a tribunales o a la Contraloría?


Se esperaba que desde el primer día hubiera acuerdos respecto de las comisiones que estudiarían los diferentes capítulos de una constitución. Podrían haber comenzado por examinar la constitución actual, junto con el proyecto de reforma que Bachelet envió al congreso el último día de su mandato como orientación o referencia, tal como se hace regularmente en el parlamento cuando un proyecto de ley va pasando por sus diferentes instancias. A lo menos, alguien podría haber elaborado alternativamente otro documento que recogiese las críticas a los artículos de la actual constitución acompañada de una alternativa de redacción de modificación, reemplazo o la simple derogación. Nada de eso ha ocurrido. También podrían haber invitado expertos en la materia para que expusieran ideas. La bolsa de gatos como lo expresó Pepe Mujica maúlla discutiendo sobre el sexo de los ángeles.


En dos semanas solo en honorarios se habrá gastado $ 1.250.000 por convencional, esto es cerca de $ 200 millones, más gastos de funcionamiento, alimentación, pasajes. Propongo que se los descuenten de las dietas futuras por cometer el delito de fraude al fisco, gastando dinero en asuntos ajenos a su mandato. Lincón y Bassa no les da el ancho o hay complicidad. Hace falta la una señora Valladares.


La ciudadanía, representada por diferentes columnistas de prensa como Luis Larraín, Correa Sutil, Joselyn-Holt, Jorge Burgos, está desalentada y pesimista por la teatralidad, vocerío destemplado de muchos asambleístas.

Los lectores también revelan su desánimo ante el grotesco espectáculo. Uno escribe que Atria ha creado una clase privilegiada: la de los violentos. Otro, piensa que los constituyentes que no concordaban sobre la declaración de presuntos presos políticos deberían haberse retirado de la sala. Un tercero insiste que sin reglamento no podrá haber seriedad. También se teme que tal como se presenta la asamblea se pretende transformarla ilegalmente en un superpoder del Estado, Legislativo y Judicial. De igual modo, cartas de lectores de los medios se lamentan la violencia que respaldó la instalación de la asamblea.

La instalación y el funcionamiento de la Constitucional es el principal tema abordado por editoriales y columnistas en la prensa de hoy. El Mercurio estima que, para la mayoría de la Convención, los autores de graves delitos y la violencia que se vive son los verdaderos padres de la nueva Constitución. Felipe Schwember opina que la razonabilidad de la nueva Constitución dependerá exclusivamente de la capacidad de autocontención de la izquierda. (El Mercurio A3) Luis Larraín encuentra que las actitudes mostradas por los convencionales que han dominado la escena son desalentadoras. (La Tercera 6) Alfredo Jocelyn-Holt aprecia que las primeras señales de la Convención Constitucional no dan motivo para optimismo. Se ha vuelto a insistir en la “performatividad” o teatralidad. (La Tercera 6) Jorge Correa Sutil cree que la Convención arriesga la pérdida de su autoridad y relevancia al exceder sus atribuciones propias. (El Mercurio C2). Jorge Burgos agradece que, en un clima de tensión, con incidentes en la calle y gestos destemplados en el recinto, Carmen Gloria Valladares supo mantener la serenidad y cautelar que el proceso de instalación siguiera adelante y culminara con normalidad. (La Tercera 6) José Ramón Valente propone a los convencionales que incluyan un artículo que declare a la pobreza como una enfermedad y que mandate al Estado para erradicarla. (El Mercurio B4).


Algunos asambleístas bien remunerados de la lista del pueblo fueron detenidos por actos de violencia en la plaza de armas de la capital. ¡Que ejemplo!



Javier Fuenzalida A.

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