​US$ 170 millones más pobres

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Javier Fuenzalida


El Congreso nos cuesta us $ 1 millón anual por parlamentario. A cambio esperamos que desempeñen con seriedad su trabajo legislativo. Seriedad significa una seria justificación conceptual de los proyectos de ley que se les somete, a su consideración, los pros y contra de cada uno y el balance de sus costos y beneficios económicos para el país (PIB). No basta las buenas intenciones o decir “yo creo que…”, o condicionarlos a las ideologías personales por sobre el bienestar de los ciudadanos que les dan de comer.

En noviembre del 2020 el ejecutivo envió un proyecto al congreso para declarar feriado los 21 de junio, una abstención de trabajar como un homenaje permanente a nuestros pueblos originarios. Como de costumbre, el pingponeo legislativo contempló un largo camino de urgencias, retiro de urgencias, discusión inmediata, retiro, etc. aprobando la nueva ley 21.357 finalmente, a toda carrera, el día 17 pasado.

Las actas de las comisiones y de la sala dan cuenta de encendidas intervenciones para aprobar una ley de un breve artículo. Un gran número de parlamentarios, ministros y otros entendidos expusieron sobre la necesidad del feriado reparatorio. No hubo contrargumentos, etc. Nadie se preocupó del costo de este gesto: US $ 170 millones anuales.

Normalmente todos los proyectos que envía el gobierno van acompañados de un informe financiero elaborado por la Dirección de Presupuesto. En este caso erróneamente no lo hubo porque el gobierno estima que el feriado no le significará ni ingresos ni costos.

Falso. Es probable que no haya un desembolso en billetes, pero sí hubo gastos y una menor recaudación. Al disminuir las ventas ese día hubo un menor IVA, y también un menor ingreso tributarios porque ese día no se trabajó. La Dipres debió informar.

Algunos sostienen que el costo de un feriado en términos de un menor PIB resultante es del orden de US $ 150. Mi cálculo lo lleva a US $ 170 millones. A partir de las cifras del PIB esperadas para el presente año estimadas por diversas instituciones, se pueden deducir los valores que corresponden a las actividades económicas que pararán total o parcialmente, minería, parte del comercio, industria, transporte, comunicaciones, energía y otras no generarán valor ese día.

Como el feriado es permanente, todos, lo años, El costo eterno tiene un valor presente de largo plazo del orden de US 4.300 millones. ¿Tiene sentido?

En muchos países los días feriados no sobrepasan los 8 a 12 días en el año. USA, Inglaterra, Francia, Alemania 11 días, Japón 8, Nueva Zelanda 9 días, Cuba 6, Venezuela 7, Corea del Norte 8. Pero Chile, sacador de vuelta y cimarrero, “celebra” 16 feriados anuales cuyo costo anual a perpetuidad alcanza a US $ 4.250 millones, equivalentes a no haber construido 140.000 viviendas sociales, un 20 % del actual déficit habitacional.

En el debate parlamentarios, nadie, ni diputados, ni senadores, ministros, asesores, economistas, sociólogos, abogados y otros se les ocurrió pensar que el lunes 21 perdimos US $ 170 millones y que los pueblos originarios no los percibieron.

Lo cierto es que debiéramos homenajear a nuestros pueblos originarios de otra forma. ¿Se preguntó algún político cuántos de los 19.1 millones de chilenos estuvo consciente de este propósito el 21 de junio y mentalmente rendió un sentido homenaje a los pueblos originario? Un pensamiento fugaz durante esas 24 horas.

A juzgar por los cientos de miles los automóviles que salieron de Santiago a gozar del weekend largo, hecho que se repitió en casi todo el país, no hay información sobre cuántos acudieron a visitar mapuches, diaguitas changos o aimaras. Los feriados han perdido su significado y se les toma simplemente como un pretexto para disfrutar de 24 horas de ocio remunerado. ¿Cuál sería la conducta si el salario/día se restara.

Es una utopía pensar en la eliminación de los feriados, pero bien podrían eliminarse algunos y ponernos a tono con la OECD que tanto se cita frecuentemente, dejando tan solo el 1 de enero, 1 de mayo, 21 de mayo, 18 de septiembre, 1 de noviembre y 25 de diciembre. El costo en términos de menor PIB sería del orden de US $ 2.000 por año, la mitad de lo que perdemos actualmente.


Javier Fuenzalida A.

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