​FMI: “Chile debe evitar retiros adicionales de las pensiones"

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FMI

“La pandemia golpeó a Chile cuando se estaba recuperando de las consecuencias económicas de los disturbios sociales sufridos en octubre de 2019. Se proyecta que la actividad económica disminuyó un 5,8% en 2020, unos 7 puntos porcentuales por debajo de las proyecciones del personal técnico anteriores a la pandemia”, consignó el reporte emitido por el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) al concluir la consulta del Artículo IV correspondiente a este año con nuestro país.

El informe consigna que “la inflación se ha mantenido en torno al 3%, nivel fijado como objetivo por el banco central, y las expectativas de inflación siguen bien ancladas. Aunque el empleo se ha recuperado en cierta medida tras una contracción del 20,6% a mediados de 2020, sigue estando por debajo del nivel registrado antes de la pandemia. A finales de marzo de 2021, debido al rápido aumento de los casos de COVID 19, el gobierno endureció las restricciones a la movilidad, pero amplió las medidas fiscales existentes para mitigar su impacto, mientras que el proceso de vacunación avanza con rapidez (en este sentido Chile no solo es el líder a nivel regional sino que también se encuentra entre los primeros países a nivel mundial).”

De acuerdo al organismo, “el gobierno adoptó un conjunto amplio y bien planificado de medidas de política fiscal, monetaria y financiera para aliviar los efectos de la pandemia. El gobierno está aplicando un programa fiscal plurianual, que representa alrededor del 13% del PIB, centrado en salvaguardar la salud, proteger el ingreso y el empleo, y facilitar el crédito, el refinanciamiento y los reembolsos. El Banco Central ha lanzado un amplio abanico de medidas no convencionales para respaldar la liquidez, entre otras cosas mediante mecanismos de financiamiento de crédito, programas de compra de activos y ampliación del marco de garantías. Se han adoptado políticas relacionadas con el sector financiero para favorecer el flujo de crédito, sobre todo a hogares y pymes, entre otras formas, mediante la relajación de los requisitos de liquidez, y facilitar la emisión y colocación de valores. La Línea de Crédito Flexible del FMI ha contribuido a la capacidad de soportar las tensiones externas, mientras que se ha permitido que el tipo de cambio flote libremente y actúe como mecanismo para amortiguar los shocks.”


Crecimiento doméstico

El Fondo indicó que “se prevé que la actividad económica crezca a un ritmo del 6,5% en 2021, a medida que los efectos de la pandemia se van atenuando gradualmente y se reducen las restricciones de movilidad, al tiempo que se mantiene el apoyo a la economía a través de políticas monetarias acomodaticias y el firme avance de la vacunación. A mediano plazo, se proyecta que el crecimiento convergerá con el potencial de 2,5%. Se prevé que la balanza en cuenta corriente se mantenga cercana a cero en 2021, gracias a la solidez de los términos de intercambio y a pesar del aumento de las importaciones asociado a la recuperación, antes de avanzar gradualmente a medio plazo hacia un pequeño déficit.”

Con todo, subrayó que “los riesgos persisten en medio de una aguda incertidumbre, pero el país exhibe una fuerte resiliencia, gracias a la contundente política de respuesta, al espacio fiscal restante y a la gran fortaleza de los marcos institucionales. Los riesgos externos están relacionados en gran medida con la dinámica de la pandemia, aunque se prevé que el rápido avance del programa de vacunación contenga dichos riesgos. Los movimientos de los precios del cobre afectarían significativamente a las exportaciones, los ingresos fiscales y las perspectivas de inversión y crecimiento. Los riesgos internos tienen que ver primordialmente con una serie de elecciones y con el desenlace del proceso de la Nueva Constitución —que está previsto que finalice a mediados de 2022— los cuales se prevé que influyan en el debate público y la agenda de políticas.”


Esfuerzo Fiscal

Los directores ejecutivos reconocieron que “las sólidas políticas aplicadas permitieron a las autoridades chilenas responder rápidamente al impacto sanitario y económico de la pandemia de COVID-19, entre otras, la rápida distribución de las vacunas. Los directores señalaron que si bien la economía está empezando a recuperarse, persisten incertidumbres. Hicieron hincapié en que la aplicación sostenida de políticas sólidas y el avance de las reformas estructurales serán fundamentales para mitigar el impacto de la pandemia y apoyar el crecimiento inclusivo.”

Los directores elogiaron “los esfuerzos fiscales desplegados por las autoridades en respuesta a la crisis, manteniendo al mismo tiempo una situación fiscal muy sólida. Destacaron que, a medida que la recuperación se afiance, deberán adoptarse a mediano plazo medidas de ingreso y de gasto focalizadas para abordar las necesidades sociales, proteger a los grupos vulnerables y recomponer las reservas, preservando al mismo tiempo la sostenibilidad de la deuda. Los directores alentaron a tomar medidas para reforzar la regla fiscal y reevaluar las exenciones, deducciones y regímenes especiales, incrementar la tributación directa y elevar los impuestos ecológicos en consonancia con las normas internacionales.”   Hicieron hincapié en que “deben evitarse retiros adicionales de las pensiones, ya que estos han debilitado el sistema previsional. Recomendaron que "si es necesario incrementar el apoyo, debe proporcionarse mediante medidas fiscales focalizadas, que son más eficaces para llegar a las personas más necesitadas.”


Gestión del B. Central

Los directores celebraron el amplio abanico de medidas convencionales y no convencionales adoptadas por el Banco Central para respaldar la liquidez y facilitar el flujo de crédito, especialmente a los hogares y pymes. También recalcaron que sigue siendo necesario vigilar de cerca las vulnerabilidades del sector financiero y que las reformas del sector financiero deberán retomar su ritmo a medida que avanza la recuperación.

Los directores destacaron que “es urgente llegar a acuerdos amplios para desbloquear las reformas estructurales y sociales que ayudarían a estimular la confianza, respaldar la recuperación y el crecimiento, y promover la cohesión social. En particular, subrayaron la necesidad de llevar a cabo una reforma integral del sistema sanitario y de pensiones. Los directores señalaron que para fomentar la productividad y la inclusión también será crucial mejorar la calidad de la educación y la integración financiera, reducir las ineficiencias y la informalidad del mercado laboral, promover la integración comercial y responder al cambio climático.”

europapress