​Mensajeros ausentes

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Javier Fuenzalida A


Todos sabemos que no hay ni vacuna ni remedios para la coronavirus y que los tratamientos son para disminuir los riesgos de contagio y para que los infectados puedan respirar mecánicamente.

La izquierda lo sabe, pero en lugar de colaborar prefiere la crítica intencionada y de mala clase porque de ese modo debilita la gobernabilidad del país y le da una esperanza de volver al poder.

Un ejemplo, la discusión sobre la recopilación de información y su interpretación. Una lectura de los informes diarios revela que hasta marzo no había una infección generalizada. Se habían detectado no más de 10 casos. No había forma de predecir su desarrollo. A pesar de ser contra otra sepa, el gobierno recomendó vacunarse, en forma preventiva para evitar el riesgo de un virus encima de otro. Fue un éxito, la población acudió rápidamente en forma masivamente, a pesar de la larga espera en los vacunatorios. Algunos con paciencia, otros furiosos porque pretendía que el hubiera un vacunador per cápita, 19 millones. Así comenzaron las críticas infundadas y los comentarios demagógicos en los medios de comunicaciones.

Hasta abril el número de fallecidos en los primeros cuatro meses era un poco mayor que los observados en los mismos meses de cada uno de los cinco años anteriores. Al 10 de marzo había 18 casos de infectados al 30 de abril cerca de 3.000 Repentinamente en mayo se produce un aumento violento llegando a fines de ese mes a 160.000. Hoy 18 de junio son 225.103 y 180.000 y 3.841 fallecidos que irán en aumento, no sabemos hasta cuándo. Médicos y estadísticos concuerdan en que es imposible hacer una proyección en base a la información pasada, lo que torna más difícil aun saber los recursos adicionales serán requeridos para poder detectar, trazar y examinar a los infectados. Solo la presidenta del colegio médico Saches, cree tener una bola de cristal. Hipócrates la habría castigado.

¿Cuáles son las causas de la pandemia?

Podría pensarse en características demográficas como la densidad poblacional. A mayor densidad, a mayor aglomeración y mayor contagio. También podría señalarse el nivel socio económico, a mayor ingreso, menor riesgo, como también podría indicarse la pobreza económica y la pobreza multidimensional. Tenemos estadísticas sobre estas variables. Al relacionarlas con las de fallecidos, no se observa ninguna correlación significativa entre cada una de esas variables y la mortandad. Puede que el conjunto algo explique, pero no es así. Esta hipótesis surge de la observación de los datos a nivel de país, regiones y comunas. Por ejemplo, no se explica porque que en Atacama y Aysén no hay fallecidos, siendo que tienen altos índices de pobreza. O por qué razón las tasas de mortandad en Las Condes y Vitacura no son muy diferentes de las observadas en Puente Alto o Til Til, o por qué Alhué muestra la menor tasa de la región metropolitana.

Otra causa es de orden conductual. Ante la ausencia de tratamientos y medicamentos la autoridad optó por imponer restricciones a la circulación y reunión o aglomeraciones de personas. A la fecha se registran 98.369 detenidos y que deberían ser procesados. De ser culpados, la sanción será una multa entre $ 300.000 y $ 10 millones o de 540 días a tres años de presidio efectivo. La prensa solo informa del sr. Kaufmann y sus acompañantes. Obviamente puede pagar la multa de todo el grupo participante en el vuelo en su helicóptero. ¿Y el joven de La Pintana?

Como es improbable que 90.000 personas vayan a prisión (la población penal actual es de 50.000 reos) o que el fisco recaude en promedio $ 5 millones por cada uno de los 90.000 infractores ($ 450.000 millones) los detenidos son liberados y vuelven a sus casas muertos de la risa. Ni el gobierno ni el poder judicial ha informado cuántos enjuiciados hay y qué penas se les ha impuesto. Se sospecha que ninguno porque el proyecto de modifica el art. 318 del código penal y que agrega otros dos, recién fue remitido al ejecutivo para su promulgación después de 67 días “urgentes” .

Brevemente, el juicio podrá terminar en una suspensión condicional del procedimiento y el imputado trabajará en servicios para la comunidad de 18 a 60 días ¿gratis? Esto es, “p’al pago de los bomberos”

Así, las fuerzas de seguridad, carabineros, PDI, apoyo del ejército, han salido a patrullar y fiscalizar a las personas que violan las normas impuestas o a que circulan sin salvoconducto. En suma, decretos y leyes impunemente incumplidas. De ahí que la oposición, buscando responsabilidades políticas y penales, no haya nada mejor que emprenderlas contra del Dr. Mañalich. ¿Es responsable el exministro de que en Maipú haya habido una fiesta de 400 personas, y otras más en diversos barrios de Santiago? ¿Es responsable que circule gente sin mascarilla? ¿Es responsable que salgan sin salvoconducto o soliciten uno para ir a un médico y lo usan para ir a otra parte? Si hubiera que imputar delitos a las autoridades habría que hacerlo al ministro de defensa, de interior, en contra de los comandantes en jefe… y en contra de los parlamentarios que se sacan la mascarilla para hablar, o que viajan en avión sin tener la respuesta sobre el test PCR.

La presidente del colegio médico ha sido crítica pero no tiene pruebas de que el gobierno sea el responsable de 3.500 muertos o 170.000 infectados. Con esa liviandad, no me atendería con ella, ni para que me corte las uñas.

Los mensajes de las autoridades no son efectivos. Son retóricos. Los mensajeros son lateros y aburridos, Piñera incluido. La tv repite lo que las autoridades acaban de informar como si fuéramos tontos. Hay que reconocer que poner a las autoridades a vender el mensaje no es muy productivo por cuanto no han estudiado ni teatro, ni dicción, ni entonación, ni vestuario, ni actitudes corporales, etc. Hay figuras nacionales que lo han hecho o que poseen dones naturales para tener buena acogida pública, ser creíbles, respetados, empáticos y admirados, atributos que les permitirían ser excelentes voceros de las instrucciones ordenadas.

Echo de menos al padre Nicolas Vial, a monseñor Fernando Chomali, a la hermana Nelly León, a don Francisco, a Coco Legrand, Los Jaivas, Alexis Sánchez, a las mellizas Abraham, a Maximiano Valdés, Pablo Bortolameolli, Roberto Bravo, Valentín Trujillo, Intillimani, Bororo, Américo, Miriam Hernández, Martin Carcamo, María Luisa Godoy, Javiera Contador, Benjamín Vicuña, Gaby Hernández… y muchos otros que tienen grandes dotes de comunicadores. Todos tiene algo de padre Hurtado. Podrían ser mensajeros de las normas sanitarias que se han dictado en beneficios de toda la población.


Javier Fuenzalida A.


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