Especialistas de U. de La Frontera, U. de Chile y U. Católica

Medidas urgentes para evitar el aumento de contagios

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Cartas al director OK


Sr. Director,


Para evitar nuevos contagios por COVID19, es necesario que adoptemos nuevas conductas y de forma permanente. Sabemos como promoverlas y sugerimos algunas estrategias que pueden ayudar su adopción y reducción de nuevos casos.

Primero, las personas necesitamos ayuda para implementarlas y, además, entender por qué estas conductas sirven. Mensajes claros que ayuden a entender cómo y cuándo aplicarlas ayuda. Los castigos y multas no sirven. En este caso, sólo promueven que las personas mientan. Estamos en una crisis, que genera altos niveles de estrés, lo que conlleva que nos cueste procesar información. Necesitamos mensajes claros y precisos que nos ayuden a tomar decisiones correctas.

Segundo, las personas tenemos que poder conectar lo que hacemos con resultados concretos, y en particular ver que estamos contribuyendo a reducir los contagios. Esta es una crisis colectiva y masiva. Hablar de enemigo invisible, estigmatiza a los contagiados y a los equipos de salud, sugiere identificar a ese enemigo en otros. Estamos todos en esto y tenemos que sentirnos parte de la solución y no sólo del problema.

Tercero, menos del 2% de las personas no cumple la cuarentena por razones egoístas. La mayoría está dispuesta a adoptarla, pero existe una baja percepción de riesgo y barreras como por ejemplo la falta de alimentos o la necesidad de acceso a fármacos, que hacen difícil la adopción de conductas de autocuidado. Es necesario identificar el problema que impide que la gente adopte la cuarentena. Es muy importante, no exagerar el incumplimiento de las cuarentenas. Si 50 personas hacen una fiesta, y esto es ampliamente difundido por los medios, posiblemente lo que se percibe es que es un millón de personas quienes incumplen. Las autoridades deben practicar con el ejemplo, todos estamos mirando. Los esfuerzos son de todos.

Cuarto, las conductas parecen ser fáciles de adoptar, pero en situaciones de crisis y con miedo, es difícil implementarlas. Concordamos que la salud mental está en riesgo, pero para protegerla, primero se debe reconocer que es normal que sintamos miedo, pena, o angustia, y que esto se puede resolver dando seguridad a las personas para que disminuyan sus preocupaciones económicas, de salud u otras. Facilitemos que las personas no tengan que salir de sus casas. Tenemos una extensa literatura en psicología de la salud y medicina conductual que puede ayudar a abordar exitosamente estos temas.

Quinto, a todos nos preocupa la economía, pero lo lógico es pensar que mientras menos dure la crisis, ésta se verá menos afectada. Entonces, pensemos que para proteger la economía es primordial proteger la salud. Mientras menos foco se ponga en la salud de las personas, la crisis se prolongará más y la recuperación de la economía será más compleja y lenta. Si lo que preocupa es la economía, así podemos protegerla. De hecho, estudios recientes muestran que las preocupaciones económicas motivan a adoptar conductas para evitar contagios y respetar las cuarentenas. Las personas estamos dispuestas a quedarnos en casa y no ir al mall, si sabemos que esto protege la economía y la salud. Pero esto hay que hacerlo explícito y explicarlo bien a las personas.

Por último, sabemos que mientras las personas no nos sintamos a salvo no vamos a salir de la crisis. Las personas necesitan sentirse protegidas y a salvo. Talvez si las medidas tienen ese horizonte como objetivo, podemos implementar acciones que nos ayuden a afrontar mejor esta pandemia.


Manuel S. Ortiz. Departamento de Psicología. Universidad de La Frontera

Paula Repetto. Escuela de Psicología. Universidad Católica

Margarita Bernales. Escuela de Enfermería. Universidad Católica

Miguel Cordeno. INTA. Universidad de Chile 

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