​Coronacracia

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Javier Fuenzalida AEl estatismo no cede y la burocracia es imbatible. Ayer parlamentarios propusieron politizar la mesa del coronavirus pidiendo que los incorporen ¿Para qué? ¿habrán descubierto una vacuna? No, lo que quieren es figuración.

No toleran la eficiencia privada ante la emergencia de la peste. Un conocido empresario, presidente de la CPC, Juan Sutil, ante la pasividad de la burocracia, decidió importar los ventiladores mecánicos. Sin despliegue publicitario y con una velocidad admirable dada la urgencia, reunió las platas, se contactó con los chinos que fabrican y venden ventiladores, negoció con ellos la compra de 500 ventiladores por cerca de US $10 a 15 millones de dólares, consiguiendo que la FACH se encargara del transporte y la colaboración del ingeniero y empresario, Luis Schmidt, hoy embajador en China, quien que accedió en transformar la elegante sede diplomática en un bodegón para almacenar los ventiladores y ponerlos a salvo de un eventual confiscación de parte de las autoridades chinas. Con sigilo, organizaron el transporte de varios camiones cargados hasta la sede diplomática y de ahí el avión de la FACH. Presumo que la carga fue clasificada como valija diplomática.

En pocos días, desde que decidieron desarrollar este plan de emergencia, los ventiladores llegaron a Chile y por deferencia, se solicitó al presidente de la República que los recibiera en Pudahuel. Sutil y su equipo no andaban tras figurar ni el lucrar lo que tanto odia la izquierda. Se comportó como un buen ciudadano. Ningún político se lo ha agradecido. No lo necesita.

Si Sutil, Schmidt y demás personas anónimas que participaron en esta operación hubieran solicitado una audiencia con las autoridades políticas para pedirles que importaran urgentemente de China los ventiladores, habrían enfrentado un fracaso y tal vez si el estado hubiera accedido, es posible que aun estuvieran en trámite.

La razón es muy simple. El presidente junto al ministro de salud habría tenido que convocar al ministro de hacienda para ordenarle que le hiciera un huequito en el presupuesto. Aceptada la tarea, tendría que instruir al director de presupuesto que buscara la plata, quien, a su vez, pondría a sus funcionarios a buscarla de entre los miles de partidas de donde sacarla. Varios días de buceo e informar al organismo público que sufriría un recorte. Mientras tanto, se tendría que haber citado ministro de relaciones para que preparara la maniobra y organizar desde China una valija diplomática de cientos de toneladas para traer los 500 ventiladores. Algo poco usual en el mundo diplomático y para no dar la impresión de estar violando la soberanía China, le aconsejaron al presidente la necesidad de informar al embajador chino o a la cancillería de ese país por tal inusual cargamento diplomático, ya que se sospechaba que, si fuera una exportación normal de un vendedor chino, el gobierno de ese país podría prohibirla porque ellos también los necesitaban.

Mientras tanto, alguien del ministerio de economía, de salud, de la Corfo, del BancoEstado, tendrían que contactar a los vendedores chinos para realizar la compra. Tarea compleja porque todos los países andan a la búsqueda de ventiladores ¿Tenían algún contacto a mano?

En caso positivo, la compra por US $ 10 a 15 millones requeriría una resolución o un decreto que tendría que ser legalizado en la Contraloría General de la República, y no lo devolviera porque que faltara algo. Esto tomaría otros días. No sé si un gasto imprevisto de esa magnitud el gobierno puede realizarlo sin más. Es posible que se le haya advertido que sería necesario convocar a una licitación pública y habría sido necesario que el ministerio de salud redactase las bases de la licitación, fecha de presentación, requisitos del vendedor, representante o importador. Resolver sobre las propuestas, asignarla y proceder a la compra. Esto porque los precios de los ventiladores comprados por el ministerio de salud en los dos últimos años han oscilado entre us $ 20.000 a us $ 30.000 cada uno.

En el intertanto, los políticos se habrían aprontado para aparecer en los medios, la prensa, los matinales y los noticieros de la televisión. Los locutores de los noticieros televisivos se habrían festinado con el gasto. La comisión de salud de la cámara de diputados o del senado habrían decidido la formación de la “mesa de los ventiladores”. Están obsesos de mesas y se habría desatado una pecha por los interesados en ser designado porque estarían permanentemente en las noticias y más de algunos se habría fotografía con un ventilador puesto. Políticos, burócratas, asesores médicos, asesores financieros, ingenieros, asesores publicitarios para darle una amplia cobertura, lateras entrevistas de los lectores de noticias, imágenes de archivo como si fueran “en vivo”, etc. En que se mostraría el sesudo análisis en la mesa de los ventiladores debatiendo tan importante y particular decisión.

Mientras tanto, la curva de infectados continuaría su ascenso exponencialmente como también los muertos que no pudieron contar a tiempo con los ventiladores estatales. RIP.


Javier Fuenzalida A.

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