En un mal momento

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Germu00e1n Pinto (columnista)


Recuerdo que uno de los problemas que se achacaba a la discusión legislativa de la Reforma Tributaria 2014/2016 era la inestabilidad que generaba a los inversionistas, distorsionando las expectativas que se tenía de la Economía de nuestro país.

¡Qué cándidas resulta ahora esas aprensiones de esos años!, cuando ahora, aparte de una nueva reforma “de la reforma” que se está tramitando en el Congreso con la Ley de Modernización Tributaria, viene la discusión de una nueva Constitución, sumado a los problemas mundiales del Medio Oriente, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y todos los temores que tienen las pymes y empresas del retail fruto de la agitación social que estamos viviendo desde el 18-O.

Si antes de 2014 había nubes negras en el horizonte de las proyecciones de las inversiones, ahora estamos en el inicio de una “Tormenta Perfecta” que trunca toda proyección y expectativa de inversión que impulse el crecimiento y que posterga cualquier anhelo de desarrollo.

En este escenario oscuro, que no es reflejo de un pesimismo antojadizo, sino que nace de la lectura de los indicadores tanto internos como externos, entra en vigencia las disposiciones de la ley 21.133 de febrero de 2019 que aumenta el porcentaje de retención de los honorarios que perciben los trabajadores independientes.

Si bien esta normativa busca aumentar, cándidamente en mi opinión, los recursos para que los trabajadores financien sus cotizaciones previsionales y seguros de salud, no resulta en buen momento porque evidentemente este incremento en el porcentaje de retención, por leve que sea en este año, generará un mayor costo en los honorarios que redundará en una restricción de liquidez para estos trabajadores, y también será un elemento que hará más difícil el mantener prestaciones periódicas o creación de nuevas ocupaciones sin el vínculo de subordinación y dependencia.

El tema de la cotización obligatoria para los trabajadores independientes viene desde el año 2009, pero su aplicación fue postergándose año tras año hasta llegar al 2017 donde se aplicó en forma obligatoria. Si la autoridad postergó esta obligación en un periodo donde la situación económica estaba muchísimo más prometedora que ahora, ¿por qué no se actúa con un criterio de realidad y se posterga esta aplicación en esta oportunidad?

Creo que el señor Ministro de Hacienda es una persona pragmática y realista y perfectamente podría postergar esta medida que tiene beneficios en pocos casos (solo en aquellos contribuyentes que tiene devolución de impuestos y que no han pagado sus cotizaciones previsionales), pero que afecta a la totalidad de trabajadores independientes que perciben honorarios en forma permanente o esporádica, resultando en la práctica, una medida que no genera beneficios, sino que entorpece aún más las intenciones de impulsar nuestra afectada economía.

Es por ello que llamo a la autoridad a actuar con realismo e impulsar una iniciativa legislativa que permita postergar esta disposición que viene en mal momento, y que perfectamente puede ser postergada, al igual que ya se han pospuesto por muchos años disposiciones de similar naturaleza, por lo cual no estaríamos innovando ni realizando acciones legislativas que no tengan precedentes.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Universidad de Santiago

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