​Quo Vadis DC

|

Germu00e1n Pinto (columnista)


La semana pasada vimos cómo el Gobierno anunció el acuerdo con la Democracia Cristiana para el avance en la tramitación del proyecto de ley que reforma la Reforma Tributaria de los años 2014/2016, el cual lleva 9 meses dormido en el Congreso.

Resulta interesante analizar el tipo de “apoyo” que este partido, otrora baluarte de la clase media y válvula política que permitía morigerar las demandas de la izquierda y que lograba la apertura de la derecha hacia una mayor justicia social, y que hoy día nuevamente se muestra como esa bisagra que permitirá el acercamiento entre la “tributaria de derecha” y la “tributaria de izquierda” (parafraseando al senador Francisco Huenchumilla).

Sin embargo, creo que la DC da una débil garantía con su apoyo, pues ellos mismos han dado señales de divisiones y, lo más triste, reacciones “políticas” que no ayudan el verdadero sentido que tiene el nuevo proyecto de reforma tributaria.

El sistema que impera en la actualidad en materia impositiva que se introdujo a través de las leyes 20.780 y 20.899, tienen un loable propósito que nadie cuestiona: proveer al Estado de los recursos necesarios para financiar las demandas sociales que el país en conjunto está demandando. Pero adolece del grave pecado de haber introducido mecanismos abigarrados que se traducen en regímenes tributarios dispares. Para nadie es ajeno que el tener dos sistemas de tributación para contribuyentes con similares patrimonios, los contenidos en las letras A y B del artículo 14 de la Ley sobre Impuestos a la Renta, es un hecho palmario de un método complejo que atenta con la eficiencia de un sistema tributario.

Ese es el verdadero sentido que tiene la reforma actual y a ese objetivo debe encaminarse la ayuda que debe aportar la DC al Gobierno. En otras palabras, en lo que debe cooperar esa colectividad política, es agilizar las discusiones y trámites legislativos para que este proyecto se apruebe lo antes posible.

El economista Bernardo Fontaine y el ex director del Servicio de Impuestos Internos Michel Jorratt, éste último padre de la reforma tributaria vigente, han señalado que la demora en la tramitación de este proyecto afectará a las expectativas que los empresarios y demás actores económicos tienen respecto al futuro de nuestro país, pues el cambiar las normas del juego en materia tributaria, genera incertidumbre y motiva a postergar los proyectos de inversión que tanto necesita el país para lograr la reactivación que esperamos. Es por lo anterior que se debe dar curso lo antes posible a la “mejora” que generará la nueva reforma tributaria, para que los horizontes de inversión sean claro y se realicen los proyectos.

Lo anterior, no se logra con el desorden que ha mostrado la DC ante la discusión parlamentaria, en donde el presidente de ese partido firma un acuerdo con el Gobierno, y no esperan que la tinta esté seca para que los diputados Pablo Lorenzini y Jorge Miguel Ortiz manifiesten su más arrebatado disentimiento del presidente del partido.

Luego se indica que el acuerdo solo es para el primer trámite legislativo, es decir, para la discusión en la Cámara de Diputados, en la cual ya hay dos diputados disidentes, y que el verdadero debate se dará en el Senado.

Anunciado esto último, nuevamente hay voces disonantes, pues la jefa de la bancada de senadores DC Yasna Provoste, junto con el senador Jorge Pizarro y el ya comentado por mí senador Francisco Huenchumilla, alzan sus voces señalando que no están de acuerdo con el convenio que su presidente del partido firmó con el Gobierno.

Finalmente, y para rematar lo enrevesado del discurso demócrata cristiano, la senadora Carolina Goic se desmarca de las críticas y califica como un “avance” el acuerdo logrado.

Realmente no sé cómo entender las motivaciones y hacia dónde quiere llegar este partido que llegó a ser gobierno por sí solo en los años sesenta y que ahora es una veleta que se mueve según las encuestas, los acuerdos y los intereses políticos. Si nos apegamos a los números, solo dos miembros de este partido han manifestado su acuerdo al proyecto de ley (uno no es parlamentario en la actualidad) y cuatro han dicho lo contrario. En otras palabras, el apoyo DC es somero y que no garantiza el sustento que el Gobierno necesita. Además de lo anterior, no ayuda en lo más mínimo a mejorar las expectativas que los agentes económicos necesitan tener para, como ya señalé, iniciar los proyectos de inversión que son necesarios para el país.

Insisto que el apoyo o no apoyo al proyecto de ley que este Gobierno ha enviado al Congreso, debe ser debatido y acordado con fundamentos técnicos que permitan la materialización de las correcciones y defectos que el actual sistema tributario tiene y dejar de lado las trincheras de derecha y de izquierda que, según se ha demostrado, no ayudan al país, sino que solo contribuyente a apañadas posturas ideológicas que nos dividen y nos hacen retroceder 50 años.


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director del Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Universidad de Santiago de Chile

europapress