Hijos de Trump revolucionan un pueblo de Irlanda y sirven cerveza gratis a los vecinos

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Hijos

«¿Quiere Doonbeg a Trump?», pregunta a voz en grito Eric, el hijo del presidente de Estados Unidos, en el pub Morrisey. «¡Síiiii!», contesta enfervorizada la multitud.

En ese local hicieron su primera parada dos de los vástagos de Donald Trump, que en la noche del miércoles al jueves revolucionaron el pequeño pueblo irlandés de Doonbeg con una ronda nocturna por los pubs de esta localidad del condado de Clare donde su padre posee un lujoso complejo de hotel y golf.

Mientras el mandatario se echaba a descansar en su resort tras participar en los actos del 75 aniversario del Día D en Portsmouth (Inglaterra) y entrevistarse con el jefe del Gobierno de Irlanda, Leo Varadkar, en el aeropuerto de Shannon, Eric y Donald Jr. se encargaban de dar las gracias a los lugareños por su apoyo invitándoles a cervezas, brindando y haciéndose selfies con ellos.

En Doonbeg, con tan solo 262 habitantes censados, la familia Trump no encontró los actos de protesta contra el presidente estadounidense organizados tanto en Londres como en Dublín. En cambio, fueron recibidos con una cálida bienvenida con música y bailes tradicionales y las calles engalanadas con banderas y banderines con las barras y las estrellas.

El apoyo que los vecinos han brindado al complejo turístico desde que lo adquirió Donald Trump en 2014, que proporciona unos 300 empleos en la zona, ha sido «increíble», aseguró Eric.

«Llegamos en el Air Force One antes y a cualquier sitio que mirábamos veíamos banderas estadounidenses con banderas irlandesas. Es una cosa preciosa», señaló este hijo de Trump en el bar Tubridy, el tercero de su recorrido, según recoge « The Irish Times».

En este establecimiento los dos hermanos se animaron a ponerse detrás de la barra y servir ellos mismos las pintas de cerveza con que obsequiaron a los parroquianos.

«La prensa no hablará de ello, no informará de ello, lo ignorarán totalmente, pero ha superado a las protestas por diez a uno», aseguró por su parte Donald Jr., en línea con las críticas de su padre a los medios por lo que considera una exageración de las manifestaciones en su contra.

«Dios bendiga a Donald Trump», proclamó un cliente en uno de los bares visitados por los dos hermanos. Otro, un barista de 28 años del vecino Limerick envuelto en una bandera de EE.UU. y vestido con una camiseta del presidente norteamericano, confesaba sentirse «absolutamente encantado» tras estrechar dos veces la mano de Eric Trump. (www.abc.es) (FOTO: Reuters)

europapress