El libro de Andrés Velasco

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Enrique Goldfarb (columnista)


El libro que acaba de publicar Andrés Velasco, y que lleva por nombre “El liberalismo en tiempos de cólera”, escrito conjuntamente con un sociólogo y filósofo, Daniel Brieba, tiene un título tan ingenioso como los de los innumerables capítulos y acápites que los autores entregan profusamente. Asimismo, dotado de infinitos ejemplos, algunos, no muchos, no muy certeros, y de citas de pensadores, sociólogos, filósofos, economistas, políticos, etc., conforma un verdadero Readers Digest del momento actual, analizado desde una perspectiva económica, sociológica y política.

Y, es necesario decirlo, su buscada, aunque a veces no encontrada, amenidad, no le quita un altísimo nivel, ya que los pensadores que sirven de referencia a los autores, son de primera línea, especialmente aquellos de la vertiente liberal, con los que se encuentran identificados.

En resumen, es un libro que hay que leer. Para algunos, refrescarán lecturas, a otros, los ilustrará de manera rápida y concisa sobre temas y autores que quizá nunca tengan oportunidad de leer en la versión original, pero que, sin embargo, constituyen los tres puntos cardinales en los que se mueve nuestra política y la sociedad: derecha, izquierda y centro.

Todo esto hace pensar en el autor clave, Andrés Velasco, reconocido economista, exprofesor nada menos que de Harvard, y ministro de Hacienda de Bachelet. Además, precandidato presidencial con una importante votación, y fundador frustrado de un partido político que llevaba como nombre Ciudadanos, muy en línea con el libro que acaba de publicar.

El libro es una apología del centro político. Pero sus críticas hacia la derecha, que llama Chicago-gremialista, como hacia la izquierda, son horadadas de tal manera que el centro político queda como un delgadísimo hilo, casi invisible. Sin duda que con este acucioso escrutinio, se demuestran como eximios abogados del diablo y nos ayuda a pensar en nuestras propias simpatías y antipatías políticas. Pero, debido al sistemático uso de “ ni lo uno ni lo otro”, o si se quiere, “a veces con lo de uno y a veces con lo del otro”, uno pensaría que falta su propia definición.

Eso es incorrecto. Porque su vaivén nos lleva a la definición de lo que es ser un liberal. Y depositar la fe en un liberal, es como entregarse en manos de un virtuoso, no saber de antemano como va a obrar, pero saber, que lo hará en la mejor forma posible.

Debo decir que, con este libro, mis simpatías hacia Velasco se multiplicaron por diez. Velasco es un economista de tomo y lomo, Y uno muy bueno. Y aunque critica a los Chicago-gremialista, con sus políticas cuando fue ministro de hacienda en el primer gobierno de Bachelet, demostró no sólo ser un verdadero Chicago boy ( sin pasar por sus aulas), sino un halcón de garras afiladas. Y no podía ser de otra manera, al frente de políticos gastadores y derrochadores como son los de la izquierda. Creo que sin Velasco, Chile hubiera quedado en una posición muy desmedrada. Si el incumbente de Hacienda hubiera sido otro que le hubiera hecho caso al enjambre que querían echar mano a su bolsillo, nos habríamos ido a pique. Pero su alto nivel profesional, tan sólido como su porfía, nos salvó de un desastre que ahora estaríamos lamentando.

Léanlo.   



Enrique Goldfarb

europapress