Ciudades más verdes: menos autos y más bicis

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Patricio Letelier (columnista)

Pese a que el tránsito vehicular en Chile todavía no llega a los límites que se ven en Bogotá, Ciudad de México, Sao Paulo o Río de Janeiro, sí hay una cifra que preocupa: cada año nos acercamos más a colapsar las ciudades. Para este 2019 se estima que en nuestro país habrá 5 millones de vehículos en un espacio donde viven 17 millones de personas.

A pesar de ese contexto, hay maneras de mejorar la calidad de vida de los chilenos: por muy simple que parezca, pedalear al trabajo no sólo contribuye a descongestionar las calles, sino que disminuye el estrés que genera quedarse entrampado por largas horas en un embotellamiento e, incluso, puede impactar positivamente en las finanzas personales al reemplazar el transporte habitual por la bicicleta.

Esta es una tendencia que vemos mucho actualmente, pero que debemos masificar a otros grupos que aún no suelen ver a la bicicleta u otros medios alternativos como opción. Para conseguir esto creemos que falta construir infraestructura adecuada para fomentar el uso de este medio de transporte, apuntando no solo a las calles, sino también a los lugares de destino de los ciclistas, principalmente las oficinas.

Las proyecciones indican que, para el próximo año, cerca del 50% de la población laboral estará compuesta por millennials, un grupo que ha potenciado mucho el uso de la bicicleta, por lo que lo lógico sería que la presencia de este medio de transporte siga creciendo. Pero no basta con solo esperar que esto ocurra, sino que hay que actuar para que los privados también se involucren en esta meta.

En ese sentido, conviene mirar lo que está ocurriendo en Estados Unidos. De acuerdo con la encuesta anual del mercado de oficinas preparada por CBRE, en ese país el 72% de las empresas cuenta con lugares especiales para quienes pedalean al trabajo, pero no es todo: 69% de ellas acondicionaron sus oficinas para que quienes lo hagan tengan acceso a camarines y consideran estas instalaciones como una prioridad en su propuesta de valor a la hora de atraer talentos.

En Santiago también existe evidencia de pequeñas acciones que motivan grandes cambios. En uno de los edificios que administramos en el centro de la capital, el cual no contaba con infraestructura para ciclistas, implementamos estacionamientos de bicicletas y nos esforzamos por generar un espacio de calidad que contara entre otros con adecuadas medidas de seguridad para los ciclistas y sus bicicletas. Al poco tiempo, más del 10% de los 1.500 trabajadores de ese edificio comenzaron a llegar a él pedaleando. ¿Qué hubiera pasado si además se contara con el espacio necesario para incorporar camarines? Probablemente el impacto hubiera sido aún mayor. Lo anterior demuestra que no basta con implementar infraestructura que asegura la posibilidad de movilizarse en bicicleta en forma segura, sino que también es necesario recibir de buena manera a los ciclistas en sus destinos.

Las entidades públicas ya están trabajando para fomentar su uso. El ejemplo más reciente vino de mano de Las Condes, que en el barrio El Golf destinó un área especial llamada “Zona 30 Km/h”, donde se privilegiará el uso de una pista para bicicletas y donde los vehículos no pueden superar esa velocidad, tal como ocurre con el modelo holandés.

Pero en esa tarea, tales instituciones no pueden quedar solas. Ahora es el turno de que se sumen también las empresas.


Patricio Letelier

Property Management Director, CBRE Chile

europapress