Sr. Director,
Todos fueron testigos del amistoso intercambio de camisetas del recién electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro y el presidente Donald Trump. Más allá de la simpatía que puedan tener ambos, por compartir corrientes políticas afines, lo destacable de esta reunión son los acuerdos comerciales que se puedan lograr. Brasil es la segunda economía en América con mayor población en toda América. En conjunto, Estados Unidos y Brasil, concentran cerca del 7% de la población
mundial. En per capita, los brasileños ocupan el tercer lugar en el podio latinoamericano. Un mercado muy atractivo para la economía estadounidense. Si además se suma, que el objetivo del nuevo presidente de Brasil es promover el crecimiento y la creación de empleo. Chile ha recorrido un largo camino en acuerdos bilaterales que le han permitido ser el motor de crecimiento. En una economía con 17 millones de habitantes, el crecimiento debe ser hacia el mercado
internacional. Los tratados internacionales potencian las exportaciones, incentivan la inversión y el empleo, permite a los
países concentrarse en la producción de aquellos bienes en los que son más eficientes. Por supuesto, no se debe perder de vista, que la entrada a las grandes ligas, obliga a las economías a mejorar permanentemente sus rankings de competitividad. Siempre abrir mercado es una oportunidad interesante. Hemos observado de lejos el costo
económico que le ha significado al Reino Unido el Brexit, del que hoy pareciera no estar tan convencido. Al final del día, priman los principios económicos, por sobre las ideologías políticas.
Luz María Koch C.
Economista