​"La Constitución no es un Juego"

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Jesica Torres SLIDE

El Ministro del Interior, fue enfático al aseverar: “La Constitución no es un juego”; ello en el marco del Foro ICARE, llevado a efecto el pasado jueves 15 de Marzo. En ese mismo contexto señaló:” No queremos que avance el proyecto de nueva Constitución de Bachelet”. Estas palabras causaron diversas reacciones, desde la crítica de los sectores del gobierno saliente, hasta el respaldo de sectores del entrante. Sin embargo, lo cierto es que la Constitución es la norma fundamental de un país y contiene los principios esenciales que lo rigen, las bases fundamentales de la sociedad, en ese sentido, por cierto, que la Constitución no es ningún juego.


El proyecto de reforma enviado por la ex Presidenta, a escasos días de dejar su gobierno, ha sido objeto de observaciones incluso desde sectores de la Corte Suprema, ello a propósito de la modificación a la Acción de Protección, la que de acuerdo a la Reforma, modifica al Tribunal que conoce en segunda instancia de la acción, pasando de la Corte Suprema al Tribunal Constitucional. ¿Donde está el debate de expertos en esta esencial materia? ¿Cuál es el impacto en la calidad y cantidad de las resoluciones?


Es evidente, que un proyecto de reforma constitucional no puede ser lanzado, seriamente, a días en que cambie tanto el gobierno como las fuerzas políticas que lo acompañan, y era evidente la posición que el nuevo gobierno tomaría a su respecto. No constituye ninguna sorpresa las palabras del Ministro de Interior, quien por cierto en ningún caso aseveró estar en contra de una reforma, por el contrario, la postura es a favor.


¿Entonces, cual es la lógica detrás de la reforma constitucional planteada al borde del término del mandato presidencial anterior? ¿Es un mensaje simbólico, como lo han planteado algunos? ¿Una especie de legado para el recuerdo de un gobierno? … De ser así, entonces las palabras del Ministro no dejan de tener razón…la constitución no pude ser un juego político, y su reforma debe considerar las opiniones de expertos, de la Corte Suprema y del Tribunal Constitucional entre otros actores, sobre todo si se trata de modificar su competencia. No basta haber convocado a un proceso participativo ciudadano, las opiniones de los ciudadanos deben ser recogidos por los expertos y determinar la pertinencia, alcance y consecuencias de los puntos que se pretende reformar.


Es cierto que nuestra Constitución merece ser reformada para ser considerada una Constitución moderna según los actuales principios constitucionales, pero esa labor no poder ser utilizada por el gobierno de turno para fines partidistas, sino que debe ser enfocada de cara a todos los sectores de nuestra democracia, con el debido tiempo, discusión y debate de expertos provenientes de sectores transversales. Sólo así podremos estar orgullosos de contar con un Carta Fundamental acorde al Siglo XXI.


Jésica Alejandra Torres Quintanilla

Profesora “Justicia Constitucional”.

Enseñanza Clínica del Derecho

Facultad de Derecho Universidad de Chile

Socia Fundadora TORRES & MAISTO Abogados 

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