Durante la última semana del mes de marzo, se suscribió un acuerdo entre el Ministerio de Hacienda y algunos partidos políticos, para modificar el esquema de tributación de los dueños de las empresas (accionistas).
El Ministerio de Hacienda vuelve a la carga en su deseo de realizar una nueva reforma tributaria. Cabe recordar que este año se cumple una década desde el gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet promulgara la Ley 20.780, que cambió la estructura tributaria e implementó medidas que combatieran la elusión y evasión de impuestos. Esta prometía recaudar un 3% del PIB.
En enero de 2023, entró en vigor la modificación a la Ley del IVA, en la cual se gravan con el mencionado tributo, todos los servicios, con la sola excepción de aquellos que la ley deja exentos. En ella, se estableció que las sociedades que cumplen con los requisitos para ser calificadas como sociedades de profesionales, no se verían afectadas con IVA por los servicios que ellas prestasen.
La Cámara Nacional del Comercio presentó el libro “Crecer: propuestas del comercio”, en el que destacados profesionales de las más diversas áreas plantean una serie de sugerencias.
De acuerdo con información emanada de la Cámara Chilena de la Construcción, en la actualidad existen 100.000 unidades que se encuentran en stock, las cuales no se han podido vender. Una de las consecuencias de esto es que trae consigo un atraso en la generación de nuevos proyectos, disminuyendo la inversión y, por ende, aumenta la tasa de desempleo.
En virtud de lo que se ha denominado pacto fiscal, dentro de la serie de medidas que se han propuesto hay algunas enfocadas en incentivar la inversión.
Desde las primeras décadas del siglo XX, se ha propuesto que el Estado otorgue transferencias directas a los sectores más desprotegidos, generando de esa forma, un complemento a sus ingresos mensuales, lo cual supone podría mejorar la redistribución de recursos y existiría una menor distorsión del mercado.
El 10 de mayo concluyó el proceso de Operación Renta del año Tributario 2023. Como cada año, se escuchan voces de distintos sectores, tanto gremiales como empresariales, solicitando un mayor plazo para la declaración y pago de los impuestos.
Tras acoger un reclamo por vulneración de derechos, el 26 de enero pasado el 4° Tribunal Tributario y Aduanero de la Región Metropolitana dictó un fallo que le impide al SII exigir como requisito que para aceptar una rectificatoria de impuestos en la declaración anual de renta esta tenga un mayor pago de impuestos.
Como es sabido, a partir del 01 de enero, todos los servicios se gravan con IVA, excepto aquellos que la ley deja expresamente exentos. Lo que a simple vista se ve fácil, ha tenido un par de complejidades.
A partir de enero de 2023, comienza a regir la Ley 21.420, que grava con IVA a todos los servicios, con excepción de aquellos exentos de acuerdo a la misma Ley.
En 2023, comienza a regir la Ley 21.420 que grava con IVA la prestación de servicios profesionales. La ley establece exenciones a ciertas actividades, como, por ejemplo, los servicios prestados de manera ambulatoria por médicos y centros médicos; y las sociedades de profesionales. En este caso, los profesionales que presten servicios a través de sus sociedades de profesionales, también estarán exentos, aunque esto no es del todo así.
De marzo, fuimos testigos de la disputa entre el gremio contable y el SII, por las fallas de la página del SII, lo que ralentizó el proceso. Tras las quejas de contadores y contribuyentes, se concedió un plazo adicional, para cumplir con la obligación tributaria principal.
En estas semanas, el Colegio de Contadores de Chile ha solicitado, como en años anteriores, un aplazamiento en el plazo de la Declaración de Impuesto a la Renta.
A partir de enero de 2023, comenzará a gravarse con IVA a todos los servicios profesionales, con excepción de los sectores Salud, Educación, Transporte, y todos aquellos contribuyentes que emitan boletas de honorarios.
A partir del 01 de octubre de 2021, entró a regir el Libro de Remuneraciones Electrónico. La pandemia generada por el COVID-19 ha acelerado el proceso de digitalización en varios ámbitos, incluido este.