Entró golpeando el tablero y se escuchó fuerte. Dio lugar a una lucha intestina, de la que se dice, injustamente, que siempre ha caracterizado a la derecha. Digo injustamente, porque es algo de lo que también padece la izquierda. Si no, es cosa de ver a la Nueva Mayoría con el Frente Amplio, mezcla de revolucionarios, hippies y anarquistas.
Un aspecto que podría potenciar a los grupos extremos es el fracaso del actual gobierno. Naturalmente que al país le vendría muy bien una fuerza de centro que aleje la posibilidad de una aventura electoral populista de izquierda o de derecha. Y eso depende de la real gobernabilidad que le pueden dar al país una nueva fuerza de centro, que sea capaz de enfrentar a los dos extremos.
Sin entrar siquiera en la incoherencia manifiesta entre quienes se manifiestan contrarios a castigar el negacionismo y ahora adhieren a las penas del infierno si se defiende a JA Kast, me parece que quien no aprende de la historia, sufre por ella.
El progreso de la sociedad se construye respetando las diferencias, y utilizando la tolerancia, incluso con quienes promueven la intolerancia.