El pollo es uno de los productos más consumidos por los chilenos, preferido tanto para preparar en casa, paseos o pedir a la carta en restaurantes. Pero al igual que el resto de las carnes, es un alimento que si no es bien manipulado, conservado o preparado, es susceptible a la incubación de patógenos que pueden provocar intoxicaciones.
Malas prácticas de almacenamiento y un orden inadecuado al efectuar las compras de productos alimenticios, reveló la encuesta sobre “Prácticas higiénicas y auto-reporte de intoxicaciones alimentarias en hogares chilenos”, de la U. san Sebastián.