En medio de la dramática coyuntura en que nos encontramos debido a la pandemia, que ha generado una crisis de proporciones en todo el mundo, hay muchas cosas que aún no sabemos con certeza sobre el virus, tratamientos posibles, el tiempo que tomará disponer de una vacuna efectiva y como ésta se va a aplicar en todo el mundo.
Hace unas semanas, el ex presidente del gobierno español, Felipe González reflexionaba en público desde su experiencia como líder de la transición, acerca de las complicaciones actuales para formar gobierno en España, pues desde las elecciones de abril, repetidas en noviembre, o sea, en ocho meses, los dirigentes de los partidos no han logrado llegar a un acuerdo.
Una mirada desde la Prospectiva y los Estudios de Futuros a la actual crisis social y política que vive Chile, y en particular al proceso constituyente que se inicia con la promulgación de la reforma constitucional y la emisión del decreto presidencial, nos permite hacer algunas consideraciones en cuanto a lo que ha faltado y lo que no debe faltar en la gobernanza del país, y que en mi opinión debería tenerse en cuenta por los constituyentes.
Nuestra economía es de las más abiertas del mundo, pero no hemos hecho el mismo proceso de apertura en cuanto a nuestra cultura política e institucional.
Lo único que cambiaría esto, sería que el parlamento británico aprobara finalmente el acuerdo de salida negociado por Theresa May con Bruselas, pero que ya ha rechazado tres veces, o que se convocara a un nuevo referéndum y los ciudadanos decidieran seguir en la UE. Habiendo perdido, en este caso, tres años y dejando al desnudo una incompetencia política mayúscula de los partidos.En términos de poder global de la UE y la posibilidad de ser un actor relevante en el mundo del Siglo XXI, para lo que necesita una firme unidad política.
Blockchain es una tecnología con un valor instrumental que puede ser utilizada para las transacciones comerciales de bienes y servicios, en toda la cadena de operaciones directas e indirectas asociadas, como la logística, el transporte, seguros, pagos y financiamiento, validación y seguridad legal, “smart contracts”, cautela de los derechos de propiedad intelectual, protección de datos, regulaciones y fiscalización, relación con la “Internet de las Cosas” y muchas otras aplicaciones aún por desarrollar. Su impacto en las cadenas globales de valor puede ser exponencial.
Si la política es el arte de gobernar, y gobernar en democracia consiste en tomar decisiones consensuadas que se sitúan entre lo deseable, lo inevitable y lo posible, cuidándose de contar siempre con un espacio de maniobra para procesar los imponderables, la chapuza del Brexit es la demostración palpable de lo contrario.
Una Europa debilitada y desorientada es algo muy malo y peligroso para el mundo. Pero hoy parece superada por las circunstancias.
Impacto en las relaciones UE-ALC
Tal vez la reflexión de fondo sobre lo que significa nuestra pertenencia al sistema multinacional, deba ser renovada, impulsada por el propio gobierno, los partidos políticos, las universidades, ONGs y otras organizaciones de la sociedad civil.
Para sustentar decisiones de largo plazo, se requiere un entendimiento por parte de la opinión pública, acerca de la conveniencia de que ciertas políticas económicas y sociales vayan más allá de la coyuntura.
Es necesario sincerarse, hacerse cargo de esta realidad y crear un Sistema de "ocupación completa", es decir, que cada persona tenga algo relevante que hacer por sí mismo, su familia, su comunidad y el empleo no sea la única opción. Es un desafío mayúsculo para la gobernanza y la paz social.
No debemos olvidar que en la historia siempre que un superpoder ha querido imponerse a los demás, finalmente, a la larga, es toda la humanidad la que sufre las consecuencias.
Chile podría legítimamente llevar esta bandera tanto a nivel latinoamericano como global, para evitar acuerdos que no necesariamente tendrían en cuenta nuestra realidad y proyecciones.
Es de esperar que en nuestra región logremos resolver estas dificultades, ya que lo que la asociación estratégica con la UE requiere de nuestra parte, es que tengamos una interlocución única y estable, única forma de seguir avanzando.
No es posible quedarse en la inacción solamente reclamando por esta postura, que con razón o sin ella, se traduce en medidas que pueden escalar al punto de dinamitar el sistema multilateral de comercio basado en reglas, y condenar a la OMC a la irrelevancia.