La construcción de las metas y las acciones del ODS 12 debe ser integral de los planes de desarrollo de Chile, basándose en la colaboración del sector privado y los habilitadores de políticas, nos ayudará a dirigir el rumbo para volvernos verdaderamente resilientes.
S&P Global Platts Analytics publicó el pasado 17 de marzo su número 100 del informe de control de coronavirus para la demanda de energía, que no es una estadística de celebración bajo ninguna medida
Durante más de una década, millones de personas, en diferentes naciones y zonas horarias, se han unido para el apagón simbólico en La Hora del Planeta.
Los precios del petróleo avanzan rápidamente, apoyados por el optimismo en torno al lanzamiento de la vacuna y nuevas pruebas de su eficacia para prevenir más contagios.
Con cauteloso optimismo nos despedimos del 2020. La creciente probabilidad de que se disponga de una vacuna segura y eficaz ha alterado las perspectivas de la economía mundial, con ello de la demanda de petróleo
No hace falta decir que un mundo posterior a una pandemia se verá muy diferente y la industria petrolera será un testimonio de eso, como todos los demás que el COVID-19 ha afectado.
El objetivo hacia una economía circular es una de las muchas iniciativas que se están llevando a cabo dentro del tema más amplio del impacto ambiental de la humanidad. Dentro de las industrias química y de refinación, existe un enfoque creciente en cómo la tecnología y la investigación se pueden aplicar para respaldar la reingeniería de muchas cadenas de valor de productos, reduciendo así el impacto ambiental de productos específicos a lo largo de todo su ciclo de vida.
El mercado del petróleo se enfrenta a varios vientos en contra. La oferta está aumentando, el crecimiento de la demanda se enfrenta a una desaceleración, las existencias son altas, las compras chinas se ralentizarán y la refinación mundial de petróleo se dirige a la temporada de mantenimiento.
La transición a operaciones sostenibles vendrá a través de tecnologías emergentes e innovaciones innovadoras.
El pánico general en torno al surgimiento mundial de COVID-19 y la recuperación de la demanda son factores a un gran impulso a los precios del petróleo, el cual proviene de una combinación de recortes de suministro voluntarios e involuntarios.
Hay similitudes entre el crecimiento en el número de casos confirmados de COVID-19 y el crecimiento en las emisiones de carbono en los últimos 170 años
El mercado petrolero está siendo testigo de un conflicto, sin precedentes de la demanda y la oferta que tiene el potencial de hacer que los precios bajen aún más a medida que el mundo se queda sin capacidad, para almacenar suministros que llegan a un mercado que ha experimentado un colapso de la demanda debido a la pandemia de coronavirus.