Mejor prevenir, que lamentar. Este antiguo y tradicional refrán seguramente ha adquirido mucho sentido en más de alguna ocasión en la vida de las personas. Una de ellas es en el contrato de arriendo al momento de arrendar una propiedad: es mejor para ambas partes que el texto estipule toda la información necesaria para evitar futuros conflictos.
Arrendar una propiedad es una excelente alternativa para acceder a una vivienda. Pero antes de firmar el contrato destinado a estos efectos, hay pequeños grandes detalles que se deben considerar, de modo que tanto el arrendador como el arrendatario estén protegidos legalmente y evitar que queden expuestos a malos entendidos o interpretaciones antojadizas de las condiciones acordadas.