Hermógenes Pérez de Arce



Hermógenes Pérez de Arce

La sociedad, otrora agradecida de sus soldados, se ha transformado en otra que los condena y denuesta. La sola mención de sus nombres por otro militar provoca su baja del Ejército.

El que ahora se castigue con la destitución una manifestación de solidaridad con el militar que sufre una condena ilegal, injusta y reiterada, sólo confirma la inmoralidad prevaleciente en nuestro medio.

En torno a Bolsonaro se ha tejido otra “leyenda negra”, pero sus adversarios sólo han logrado etiquetarlo como “otro Pinochet”. Y justamente lo que vocea el uomo qualunque es “¡necesitamos un Pinochet!”. Bolsonaro ganó con una mayoría que nadie esperaba. 

Todo lo que pagó Chile a Bolivia en virtud del Tratado, si se actualizara hoy, sumaría valores siderales; y a ello debería añadirse lo que ha ahorrado Bolivia por el uso de nuestras instalaciones portuarias en su flujo de importaciones y exportaciones.

Si hubiera prosperado la destitución, el gobierno de centro derecha habría propuesto otros jueces que no fueran de izquierda para reemplazar a los acusados. Es decir, fue una estupidez política de la izquierda intentar destituirlos.

Las “violaciones de los derechos humanos” no admiten contexto, se dice. Pero, si vemos el contexto, evitarlas fue una preocupación del gobierno militar, partiendo por la Circular N° 1 de la Junta, del 7 de enero de 1974. 

Chile es un país orwelliano, donde todos somos iguales, pero algunos son más iguales que los demás y hay uno definitivamente más igual que todos.

Al subir por ley el salario mínimo se está bajando automáticamente el ingreso de los más pobres de todos, que son los del mercado informal, porque se genera allí más “oferta de brazos” y por tanto el precio que cada uno puede cobrar por lo que hace disminuye.

El 23º Juzgado Civil ha resuelto que las transacciones denunciadas “se ejecutaron totalmente ajustadas a la normativa bursátil y a la normativa legal y que las operaciones no son engañosas ni ficticias”. Fueron dejadas sin efecto las multas a los dos gerentes.

Los exámenes de restos histológicos de Frei en los Estados Unidos descartaron el envenenamiento. Un publicitado “informe de la Universidad de Gante (Bélgica)” que confirmaba el envenenamiento ¡no existía! Pese a todo, hoy ya casi no quedan dudas.